A casi todo mundo le gusta el café, y para algunas personas suple su ingesta de otros tantos líquidos, pero llegado el embarazo, la mujer debe evaluar la conveniencia de seguir tomando café como cuando no se encontraba en estado. No es el que café sea malo, todo realmente con medida es bueno, pero en el caso del período gestacional es mejor prescindir de él, y algunos médicos recomiendan que las mujeres lactantes no ingieran café.
En el embarazo la ingesta de café favorece por sus calidades diuréticas, una eliminación constante a través de la orina, que claro está no solo retira del cuerpo el café y los desechos del organismo sino trambién el calcio y el agua. Al eliminar excesivamente el agua, el café puede provocar deshidratación en la mujer embarazada y al desechar el calcio, privar al feto de algo tan importante como el calcio.
Si no puedes dejar el café de golpe, quizá sea conveniente ir gradualmente bajando la ingesta diaria, hasta un par de tazas al día, y luego sustituirlo por otro, quizá te haría bien una taza de suave té o leche tibia cuando tomabas tu café, después de todo somos adaptables a todo y solo debemos cambiar nuestras costumbres, en este caso en favor de la salud fetal.
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