Al nacer el aparato respiratorio de los recién nacidos sufren varios cambios.
Para que pueden respirar de manera normal tras su nacimiento es necesario que no haya ningún tipo de obstrucción en el árbol respiratorio y que haya una buena madurez neurológica, así controlará por si mismo la inspiración y espiración.
Durante el parto el bebé esta sufriendo un alto estrés muy importante. El líquido que habitaba en sus pulmones tiene o que reabsorverse o expulsarse por la boca, así el bebé podrá realizar la primera respiración.
Durante un parto normal, sin cesárea, el bebé sufre una presión en el tórax que le ayuda a expulsar ese líquido pulmonar. Después de esto los alveolos se llenan por primera vez de aire y una sustancia llamada "surfactante pulmonar" se encarga de que no se lleguen a colapsar, es decir que se mantengan abiertos siempre.
Esta sustancia nombrada se encuentra en el feto desde las 34 semanas de gestación.
Un bebé tarda por lo general unos 30 segundos en que su respiración se establezca y respire con regularidad.
Si no es un parto normal sino que es por cesárea programada, el bebé no sufre esa presión del tórax por lo que pueden transcurir varias horas hasta que el líquido de los pulmones se reabsorba.
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